"Las ciudades deben ser diseñadas y gestionadas como organismos vivos, donde cada parte contribuye al bienestar del todo. Esto requiere una visión integral que incluya la equidad social, la sostenibilidad ambiental y la viabilidad económica."
En esta edición la revista Vivienda y Comunidades Sustentables, presenta la sección: “Las mujeres en la Ciencia”; con el propósito de contribuir a visibilizar la investigación científica realizada por mujeres en los campos del territorio, la vivienda y el hábitat sustentable. A través del desarrollo de los cinco artículos que le componen, aborda como eje articulador la producción del hábitat desde una perspectiva social; misma que prioriza el beneficio común sobre el interés particular haciendo referencia a los procesos intencionados de configuración y creación de condiciones de habitabilidad en territorios específicos, en los que participan diferentes agentes y se involucra de manera particular y privilegiada a los habitantes. A partir de este planteamiento se desarrolla el ejercicio de producción en el espacio y del espacio mismo en el diario vivir de los habitantes, desde una perspectiva de justicia social y de equilibrio con el medio ambiente.
La producción de espacio en el hábitat se posiciona como un eje articulador entre la dimensión social y la ecológica en términos de Niklas Luhmann (abarcando los demás subdimensiones de la dimensión social: económica, política, cultural, científico, entre otras.) en la búsqueda del desarrollo humano y del bienestar social primando el cuidado al medio ambiente como una extensión de la propia existencia. Hablar de hábitat y su construcción en el siglo XXI refiere directamente a la producción de espacio en términos de Henry Lefebvre, ya que el ser humano no habita en el vacío, su existencia está ligada a la corporeidad. Por tanto, en el habitar se le confiere al espacio la cualidad de lugar al ejercer una territorialidad por medio de: a) delimitación, b) identificación y c) transformación del territorio. En este proceso destaca la diferencia entre territorio y hábitat, ya que todo hábitat humano refiere a un territorio, pero no todo territorio puede ser calificado como hábitat con base en su capacidad de satisfacer las necesidades físicas y existenciales de sus habitantes.
En esta cualidad de lo habitable o capacidad de satisfacer necesidades se plantea, a través del primer artículo y su abordaje de materiales regionales, la conciencia de Gestell como mencionaba Heidegger; pues, en la relación del ser y estar, el cuidado del yo se relaciona directa e inequívocamente al cuidado del mundo. Al modificar el entorno, este modifica a su habitante en una relación bidireccional. En el año 1987, las naciones unidas le confirieron a este postulado la conceptualización de sustentabilidad como el uso correcto de los recursos actuales para el desarrollo sin comprometer los de las generaciones futuras.
A partir de este posicionamiento subjetivo de la relación del sujeto con su entorno, se plantea en el segundo artículo, una primera escala a partir del cuidado del yo a través de un modelo de producción de espacio con enfoque de género, inclusión y seguridad. La investigación sobre este tema invita a repensar en el diseño y construcción de los espacios urbanos, para garantizar que las necesidades de las poblaciones más vulnerables sean atendidas. Como señaló la arquitecta y urbanista Jan Gehl: "Los espacios públicos son una parte esencial del tejido social; deben ser diseñados para fomentar la interacción humana."
La desigualdad ha sido una constante en la historia de la humanidad, manifestándose de diversas formas y afectando a diferentes grupos de la sociedad. Desde tiempos inmemoriales, ciertos segmentos de la población han enfrentado las duras realidades de la pobreza y la marginación por circunstancias fuera de su control. Sin embargo, abordar este complejo problema requiere no solo reconocer su existencia, sino también comprender su alcance y sus ramificaciones en la sociedad contemporánea; así, se presenta la tercera contribución con el abordaje de las condiciones socioeconómicas de las mujeres en México.
El cuarto artículo, se enfoca en estrategias de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial en barrios vulnerables, a partir de una red internacional de gestión comunitaria y economía solidaria; a partir del principio que el espacio habitable se conforma por una dimensión material y otra simbólica, es decir el espacio físico y su relación con el hombre. Finalmente, la quinta contribución expone procesos de producción sustentable para su uso en procesos de enseñanza- aprendizaje. Los temas abordados en los dos últimos trabajos coadyuvan en el entendimiento de la relación existente entre el territorio y el habitante; así como en conjunto el volumen proporciona una base para el planteamiento de estrategias de producción social del hábitat.
[1] Hamilton, Marilyn. Integral City: Evolutionary Intelligences for the Human Hive. New Society Publishers, 2008.